MI PAREJA ME ABANDONÓ ¿Y AHORA QUÉ HAGO?

Cómo superar una ruptura de pareja: el reto de aprender sobre amor propio.

Por qué sufrimos tanto cuando una relación de pareja llega a su fin? ¿Es posible aprender algo de una situación tan dolorosa? ¿Cómo podemos afrontar mejor el duelo y la transformación que trae consigo?

¿Cuál es el verdadero reto que supone este punto de inflexión en nuestra vida? En este artículo veremos qué información se esconde detrás de las profundas emociones que vivimos cuando el vínculo con la persona amada se termina.

Qué creencias afectan la forma en que vivimos una ruptura

Una de las principales razones por las que sufrimos al terminar una relación es la serie de creencias que hemos adoptado, muchas de ellas impuestas por la literatura, la cultura y las religiones.

Nos han hecho creer en la existencia del «príncipe azul» o la «media naranja«. Esa idea de que hay una persona destinada a completarnos, y que solo cuando estemos con ella seremos verdaderamente felices. Este concepto erróneo nos lleva a depositar en nuestras parejas la responsabilidad de llenar nuestros propios vacíos emocionales. La pareja es la persona que más nos confronta con nosotros mismos, habitualmente es la persona a quien hacemos responsable de nuestro estado de ánimo. Si nos trata bien estamos bien, si nos trata mal estamos mal.

Pero en realidad, ¿quién se está tratando bien o mal?

La fusión emocional es una fuente de dependencia. Wayne Dyer afirmaba que «la fusión de dos personas en una, resulta en dos medias personas«, una frase que refleja cómo podemos caer en la trampa de la dependencia emocional.

En lugar de buscar a alguien que nos complete, el verdadero desafío es aprender a complementarnos con nuestra pareja, estableciendo relaciones desde la independencia emocional. De este modo, una relación no se convierte en una necesidad para nuestra autoestima, sino en un espacio compartido de crecimiento personal.

El mito de las relaciones largas

Muchas veces, el dolor de una ruptura también se ve amplificado por otra creencia muy arraigada: la idea de que una relación es más valiosa cuanto más tiempo dura. Hasta nuestra abuela nos recuerda que las parejas de hoy en día “no aguantan nada”. Esta noción, que viene de convenciones sociales y familiares, nos lleva a pensar que una relación de larga duración es sinónimo de éxito, lo que puede empujarnos a mantener vínculos que ya no nos aportan felicidad o crecimiento personal por no “fracasar”.

La duración no define la calidad de una pareja

¿Es mejor estar con alguien por no saber estar en soledad o por el temor a sentirse fracasado? La duración de una relación no define su valor. Lo que realmente importa es la calidad del vínculo y lo que aprendemos durante ese tiempo.

El impacto emocional de la ruptura de pareja

Cuando una relación amorosa se termina, sentimos que algo cambia drásticamente en nuestra vida. Es natural que aparezcan sentimientos de soledad, inseguridad y vulnerabilidad. Al mismo tiempo, la herida emocional que intentamos ignorar durante la relación queda al descubierto. «El desamor es muy esclarecedor, pues durante un breve tiempo se ve el mundo con nuevos ojos.» -Iris Murdoch La otra persona ya no está ahí para tapar nuestras carencias.

La ruptura nos enfrenta a nuestra propia necesidad y dependencia emocional, revelando cómo esa relación actuaba como refugio para no confrontar nuestros miedos e inseguridades.

Este momento nos coloca ante dos opciones: podemos elegir utilizar el dolor para aprender y crecer, o para seguir sufriendo y castigándonos.

La ruptura también nos invita a revisar nuestras creencias y patrones relacionales. Nos muestra cómo, a menudo, buscamos recibir algo a cambio en nuestras relaciones, cuando el amor debería ser un acto desinteresado y libre de transacciones emocionales. Al tomar conciencia de esto, podemos encarar la ruptura como una oportunidad de trabajar en nuestra autonomía emocional para construir relaciones más saludables en el futuro.

Las rupturas como oportunidad de transformación

No se trata de evitar el dolor o de minimizar lo que sentimos. Como seres humanos, es natural que experimentemos sufrimiento tras una pérdida. Lo importante es cómo utilizamos ese dolor: como una excusa para seguir estancados en la tristeza o como una invitación al crecimiento.

En lugar de aferrarnos a la idea de que nuestra felicidad depende de estar con otra persona, podemos aprovechar este momento para descubrir qué áreas de nuestra vida necesitan mayor atención. «El desamor, si se supera con inteligencia, puede hacerte más independiente, y más consciente de lo que necesitas ahora.» -Elsa Punset Volver hacia uno mismo tras terminar una pareja.

La ruptura es, sin duda, un proceso que nos enfrenta con nosotros mismos. Nos invita a realizar una profunda autoindagación y a cuestionar qué partes de nosotros se reflejaban en esa relación. Podemos huir de nuestras emociones o vivirlas plenamente y tomar la información que nos ofrecen para romper con las creencias limitantes que nos dirigen. Pueden ser la ventana hacia los patrones que repetimos en nuestras relaciones.

Solo cuando aprendemos a estar cómodos con nuestra propia compañía, podemos estar realmente preparados para compartir nuestra vida con otra persona desde un lugar de plenitud. Integrar el cambio y aceptar la incertidumbre.

Es importante recordar que las relaciones, como todo en la vida, están marcadas por la incertidumbre y el cambio. Aunque el final de una relación pueda parecer el fin de nuestra estabilidad, este cambio es tan natural como cualquier otro proceso vital. Sin embargo, este sentimiento no es más que una etapa pasajera en el camino hacia una mayor comprensión de nosotros mismos. El valor de una ruptura: aprender sobre el amor propio.

En última instancia, cada pareja rota nos ofrece un regalo invaluable: la oportunidad de aprender a amarnos y cuidarnos para construir una vida plena y coherente, tanto si estamos solos como si compartimos nuestra vida con alguien más.

Lo más importante es que, pase lo que pase, hay una persona que siempre estará a nuestro lado: nosotros mismos.

¿Hay vida después de la muert€? Celebración de Día de Muertos:

¿HAY VIDA DESPUÈS DE LA MUERTE?

Esta es una pregunta cuya respuesta se divide en dos opiniones: sí y no. Mientras que para algunos es el final de su tránsito en la Tierra, para otros está apenas está empezando, algo que una festividad como el Día de Muertos logra enmarcar muy bien, una fiesta que se extiende a lo largo y ancho de México.

El Día de Muertos, una de las tradiciones más emblemáticas, es mucho más que una festividad; es un reflejo del alma colectiva que entrelaza historia, cultura y una profunda relación con la muerte. Cada año, los altares de muertos, el aroma del pan de muerto y las coloridas exposiciones de calaveritas nos invitan a un encuentro íntimo con nuestras raíces, recordando que, en México, la muerte no se llora, se celebra.

Celebración de Día de Muertos: El Día de Muertos es una tradición mexicana que une a pueblos a lo largo y ancho del País y es celebrada de múltiples formas, principalmente los días 1 y 2 de noviembre. Este día es uno de los más especiales para los mexicanos, porque honramos la memoria de los seres queridos que han partido al otro mundo, pero que regresan a casa en estas fechas a convivir y comer con nosotros una vez más..

Aunque las fechas fuertes de esta celebración son el 1 y 2 de noviembre, es desde el 28 de octubre que se cree hay almas que bajan a estar en este plano, ese día se ofrenda a los fallecidos de manera trágica, por violencia o accidentes; el 30 y 31 son días dedicados a los niños que murieron sin haber sido bautizados.

Se tiene una aproximación de que es un ritual y fecha celebratoria con 3,000 años de antigüedad. Si hablamos de una en particular, tendría que ser de los aztecas: en su cultura, este era un festejo en el que se precedían fiestas en honor a Mictlantecuhtli y Mictecacihuatl: el señor y la señora del Mictlán —nueve regiones que tienen subdivisiones que corresponden a distintas pruebas que el “muerto” tiene que pasar, que depende de cómo haya sido en vida, así como de las faltas que cometió mientras caminaba por la tierra—. Figuras que después mutaron hasta transformarse en La Catrina que conocemos hoy.

¿Cuál es el significado del Día de los Muertos?

El Día de Muertos significa celebración, remembranza y homenaje a nuestros seres queridos que han trascendido, sobre todo si consideramos que las culturas prehispánicas iniciaron esta festividad con la creencia de que “los muertos” nos visitan cada cierto tiempo desde otro plano y, al mismo tiempo, ellos atraviesan un pasaje después de morir. “Para los antiguos mexicanos la oposición entre muerte y vida no era tan absoluta como para nosotros.

La vida se prolongaba en la muerte. Y a la inversa. La muerte no era el fin natural de la vida, sino fase de un ciclo infinito”, escribió Octavio Paz en su ensayo Todos Santos, Día de Muertos.

Los Altares de Muertos: Puentes entre el Mundo de los Vivos y los Muertos

El altar de muertos es, quizás, el elemento más representativo de esta festividad. Cada detalle en él tiene un simbolismo profundo: las flores de cempasúchil, con su color vibrante, guían a los difuntos de regreso al mundo de los vivos; el copal purifica el ambiente y aleja los malos espíritus; las velas iluminan el camino; las fotografías y objetos personales recuerdan a aquellos que ya no están, manteniendo su memoria viva.

En los altares también encontramos los alimentos favoritos de los difuntos, y por supuesto, el pan de muerto, un elemento que simboliza la generosidad del anfitrión. Este pan, con su forma redonda y sus decoraciones que representan huesos, es una ofrenda que acompaña a los espíritus en su breve regreso al mundo terrenal.

Pan de Muerto: Entre huesitos, cráneos y azúcar, una delicia de la panadería mexicana para el mundo El pan de muerto es uno de los elementos más representativos del Día de Muertos en México, tanto por su sabor único como por el profundo simbolismo cultural que encierra. Esta pieza de panadería tradicional es más que un alimento; es una ofrenda que refleja la conexión entre los vivos y los muertos, y su presencia en los altares y mesas durante esta celebración es un recordatorio tangible del respeto y cariño que los mexicanos tienen por sus seres queridos que han partido.

El pan de muerto simboliza el ciclo de la vida y la muerte, un concepto central en la cosmovisión mexicana. En la tradición prehispánica, las culturas mexica y azteca ya realizaban ofrendas en honor a los difuntos, aunque estas incluían productos diferentes como tamales y amaranto. Con la llegada de los españoles, se produjo una fusión cultural en la que el pan, de influencia europea, se integró a las ofrendas, adaptándose con formas y decoraciones que evocan el pensamiento ancestral sobre la muerte.

Las Calaveritas: Un Sátira Festiva y Reflexión sobre la Muerte.

Las calaveritas de azúcar, y las más recientes de chocolate, son otro símbolo importante. No solo decoran los altares, sino que se intercambian como dulces regalos, a menudo con los nombres de seres queridos. Junto con ellas, las calaveritas literarias, pequeñas composiciones poéticas, ofrecen una crítica mordaz y humorística sobre los vivos, recordándonos que la muerte es democrática: nadie, por importante que sea, puede escapar de ella.

¿Por qué se conmemora el Día de Muertos en México? Aunque para muchos esta idea puede sonar tétrica simplemente de solo pensarlo, lo cierto es que, en nuestro país, durante estos dìas de celebraciòn, el paìs entero se llena de flores de cempasuchil y el ambiente tiene una energía que se carga de distintos colores y sabores. La vida y la muerte vistas desde un punto cosmogónico son ciclos que marcan fines e inicios, por lo que no es de extrañar que en el caso de México este sea visto como una fiesta, pues no es un adiós, sino un ‘hasta luego’.

En resumen, la finalidad de èsta hermosa celebraciòn es reunirnos con nuestros seres queridos una vez màs, ofrendandoles los alimentos y las cosas que, en vida ellos disfrutaban tanto. Es una oportunidad para platicar con ellos, cantarles, abrazar su alma y recordar que, CUANDO SE AMA DE VERDAD, LA MUERTE NO EXISTE. ¿Y tú, ya pusiste tu ofrenda?

¿SOÑASTE TU PROPIO FUNERAL? ¿SABES LO QUE SIGNIFICA?

Te despiertas con el corazón acelerado. Recuerdas con claridad la escena: tu propia muerte, en primera persona.

El lugar, el momento y los rostros que te rodeaban siguen presentes en tu mente. ¿Por qué soñamos con algo tan perturbador? ¿Tiene algún significado oculto? ¡Sigue leyendo y lo descubriràs!

Los sueños funcionan como un lenguaje simbólico del inconsciente, que reordena experiencias, emociones y recuerdos. Soñar con la muerte aparece con más frecuencia en periodos de transición o estrés, y rara vez tiene un sentido literal. Entre los detonantes habituales se encuentran:

Cambios vitales: mudanzas, rupturas, nuevos trabajos o proyectos.

Picos de estrés y ansiedad sostenida.

Procesos de duelo recientes o reactivados por aniversarios.

Preocupaciones por la salud propia o de alguien cercano.

Estímulos externos: noticias, películas o conversaciones sobre pérdidas.

Cuando atravesamos momentos de gran carga emocional, nuestro cerebro procesa esas sensaciones a través de los sueños. En este contexto, la muerte suele simbolizar el cierre de una etapa y el comienzo de otra. No se trata tanto de un presagio, sino de una metáfora sobre lo que sentimos y tememos perder. Si atraviesas un duelo, comprender las fases del duelo ofrece un mapa emocional útil.

Además, las creencias culturales y la historia personal influyen en el relato del sueño: para algunas personas, la muerte simboliza purificación o tránsito; para otras, advertencia o renacimiento. Las interpretaciones más comunes de soñar con la muerte

Cada persona experimenta y recuerda estos sueños de manera distinta. Sin embargo, existen significados recurrentes que pueden ayudarnos a entender mejor qué nos quieren decir.

Transformación personal: Para muchas personas, soñar con la muerte simboliza una renovación. Puede indicar que una parte de tu vida concluye para dar paso a otra, como un cambio de valores, prioridades o vínculos. A veces acompaña decisiones valientes: abandonar una dinámica que ya no encaja, retomar estudios, mudarte o redefinir tu forma de trabajar. No habla del “fin” literal, sino del cierre que permite crecer.

Manifestación de miedos y ansiedad: En otros casos, el sueño actúa como espejo de temores profundos. Es frecuente cuando hay incertidumbre, presión o sensación de pérdida de control. Puede relacionarse con miedo a perder a alguien importante, angustia ante lo desconocido o el paso del tiempo y preocupaciones de salud propias o familiares.

Aceptación y cierre emocional: Soñar con la muerte también puede señalar que estás llegando a la aceptación. A veces irrumpe cuando culmina un proceso doloroso y aparece más calma. Reconocer que algo terminó no invalida el cariño, simplemente libera energía para seguir adelante. Si necesitas acompañamiento, este recurso sobre cómo superar el duelo por la muerte de un ser querido puede orientarte.

El significado cambia si la persona que muere en el sueño eres tú, un familiar o alguien ya fallecido. Observar qué sientes durante la escena suele ser tan relevante como la imagen misma.

¿Qué significa soñar con la muerte de un ser querido o familiar?

Es de los sueños que más angustia generan. Suele reflejar miedo a perder a esa persona, necesidad de protección o un cambio en la relación. No es premonitorio; más bien evidencia cuánto te importa y cómo te afecta imaginar su ausencia. También puede aparecer cuando hay distancia emocional o cuando un hito vital suyo te confronta con tu propia historia.

Soñar con tu propia muerte

Esta escena se asocia a menudo con transformación personal. Puede insinuar que estás listo para cerrar ciclos, abandonar hábitos, culpas o roles que te pesan, y abrir la puerta a nuevas posibilidades. En periodos de estrés, simplemente revela cansancio y necesidad de autocuidado. Tomarlo como un llamado a priorizar el descanso, la salud y los vínculos suele ser constructivo.

¿Qué significa ver a una persona fallecida en tus sueños?

Encontrarte con alguien que ya murió puede operar como un puente simbólico: un “encuentro” para despedirte, agradecer o recuperar algo que quedó pendiente. Muchas personas lo viven como consuelo; otras, como un recordatorio del legado recibido. Si el sueño despierta tristeza, permitirse sentir y compartirlo con alguien de confianza ayuda a integrarlo.

El impacto de los recuerdos no resueltos en los sueños sobre la muerte.

Fechas señaladas, objetos, lugares o canciones pueden reactivar escenas que el cerebro intenta ordenar. Por eso es común que surjan sueños sobre la muerte cuando hay conversaciones que nunca ocurrieron, gestos que no pudiste ofrecer o culpas que aún duelen. Darles un cauce reduce su carga y suaviza la recurrencia, ya sea escribiendo una carta, creando un ritual íntimo, pidiendo perdón o perdonándote.

Cómo manejar los sueños sobre la muerte y aprovechar su significado Estos sueños no se “controlan”, pero sí podemos decidir cómo relacionarnos con ellos para que aporten claridad en lugar de angustia.

Algunas pautas útiles son:

-Registrar al despertar qué pasó y qué emoción predominó.

-Relacionar la escena con lo que estás viviendo aquí y ahora.

-Evitar lecturas literales; son símbolos, no sentencias.

-Cuidar rutinas de descanso: horarios, pantallas, cafeína y respiración.

-Pedir ayuda profesional si se vuelven invasivos o afectan tu bienestar.

Soñar con la muerte, lejos de ser un aviso sombrío, puede convertirse en una brújula: señala cierres, miedos y deseos de cambio. Mirarlo con amabilidad y curiosidad permite que el símbolo cumpla su función: ayudarte a comprenderte mejor y a transitar con más calma la etapa que estás viviendo con paciencia, también.

¿AMOR O DESEO? SE ENAMORO DE TI O SOLO TE BUSCA CUANDO TIENE GANAS

Todos hemos experimentado, en algún momento, el pensar constantemente en alguien, querer estar cerca de esa persona, sentir aceleraciones en el corazón al verla o el deseo de tener intimidad. Pero, ¿es eso verdaderamente amor o simplemente un deseo? Hacer el amor implica alcanzar el placer mutuo y pensar en cómo satisfacer a la pareja.

También, en lo mucho que se le quiere, entre otras cuestiones afines. Esto significa que el deseo sexual no suspende los pensamientos ni los sentimientos hacia esa persona. Al hacer el amor puede haber más sensualidad, porque existe una apuesta a los juegos previos, al cariño, a las caricias mutuas y a las posturas que les gusten a ambos. La delicadeza de gestos y palabras tiene un rol importante antes de alcanzar la penetración.

A diferencia de esto, cuando hay sòlo undeseo, se trata de un acto más carnal, donde solo hay respuestas al tacto, la excitación que genera y las ganas de alcanzar el orgasmo. No es necesario que exista cariño ni todo un ritual en torno al encuentro. Pero còmo saber si el amor genuino

El verdadero amor se manifiesta cuando disfrutamos compartir distintas actividades con la otra persona, desde ver una película hasta practicar deporte. Es sentirse en sintonía y cómodos al compartir. No obstante, es esencial no confundir el deseo de compartir con la idea de perder la identidad individual. La verdadera conexión no reside en encajar perfectamente en las expectativas del otro, sino en apreciar las virtudes y aprender a convivir con las diferencias. Es vital reconocer que no todos los defectos son comparables; por ejemplo, ser desordenado no es lo mismo que mostrar signos de agresividad. Con el paso del tiempo, es natural que la intensidad del deseo pueda disminuir, pero comprender y adaptarse a este cambio puede fortalecer la relación.

Distinguir entre amor y obsesión puede ser complejo. Cuando nos enamoramos, se forma un vínculo afectivo y, simultáneamente, sentimos deseos de estar con la otra persona. Sin embargo, se podría hablar de obsesión cuando el deseo carnal se convierte en el único interés, relegando otras actividades y descuidando responsabilidades personales, es importante destacar que cada persona puede tener una percepción diferente. Hay quienes disfrutan más de tener encuentros casuales o con pocas emociones de por medio y quienes prefieren compartir sentimientos al tener relaciones íntimas.

Si no está claro cuál es el objetivo del acto, alguien puede enamorarse, desconociendo que no hay nada más allá del orgasmo. Por eso, para cuidar las emociones, debes saber cuál es la diferencia entre ambos conceptos y dejarla muy en claro en las relaciones.

¿PERDER PESO Y NO VOLVER A RECUPERARLO? AQUI TIENES 6 CLAVES PARA NO MORIR EN EL INTENTO

Cientos de dietas relámpago, programas para bajar de peso y estafas descaradas prometen resultados de manera rápida y fácil. Sin embargo, la mejor forma de bajar de peso y no volver a subirlo es hacer cambios en el estilo de vida que persistan con el tiempo. Estos cambios saludables incluyen una alimentación equilibrada y más actividad física todos los días. Estos son seis consejos que te ayudarán a empezar a bajar de peso:

1. Asegúrate de estar listo La pérdida de peso a largo plazo implica tiempo y esfuerzo. Así que asegúrate de estar preparado para seguir una alimentación saludable y hacer más actividad física. Hazte las siguientes preguntas: • ¿Tengo un fuerte deseo de cambiar hábitos para bajar de peso? • ¿Estoy demasiado distraído por otras presiones? • ¿Recurro a la comida para lidiar con el estrés? • ¿Estoy preparado para aprender nuevas maneras de lidiar con el estrés? • ¿Necesito otro tipo de apoyo, ya sea de amigos o profesionales de atención médica, para controlar el estrés? • ¿Estoy dispuesto a cambiar mis hábitos de alimentación? • ¿Estoy dispuesto a cambiar mis hábitos de actividad física y ejercicio? • ¿Puedo dedicar el tiempo que se requiere a realizar estos cambios? Consulta a un profesional de atención médica si necesitas ayuda para manejar el estrés. Reducir los niveles de estrés puede ayudar a que los cambios para un estilo de vida saludable persistan en el tiempo.

2. Encuentra tu motivación interna Nadie más puede hacerte bajar de peso. Necesitas hacer cambios en la alimentación y actividad física para ayudarte a ti mismo. ¿Qué te dará el deseo implacable para seguir el plan para bajar de peso? Haz una lista de las razones por las que bajar de peso es importante para ti. Esta lista puede mantenerte inspirado y enfocado. Quizás quieres mejorar tu salud o ponerte en forma para unas vacaciones. Piensa en tus objetivos los días que no tengas ganas de comer alimentos saludables ni de hacer más actividad física. Encuentra también otras maneras de mantenerte encaminado. Por ejemplo, podrías pegar una nota inspiradora en el refrigerador o en la puerta de la alacena. Depende de ti hacer los cambios que te lleven a bajar de peso a largo plazo. Sin embargo, el apoyo de otras personas también ayuda. Elige las personas que te inspirarán. Nunca deben avergonzarse de ti ni interponerse en tu progreso.

Lo mejor es encontrar personas que: • Escuchen cuáles son tus preocupaciones y sentimientos. • Comparte tu objetivo de llevar un estilo de vida saludable. • Compartan algún pasatiempo que los mantenga activos o te ayuden a preparar menús saludables. Tu grupo de apoyo te puede ayudar a enfocarte en los cambios saludables. Si prefieres no hacer públicos tus esfuerzos para perder peso, asegúrate de tomar las medidas necesarias para seguir en curso. Registra en un diario o aplicación tu dieta y la actividad física que realizas. También haz un seguimiento de tu peso. Revisa el progreso e implementa cambios si es necesario.

3. Fíjate objetivos que puedas alcanzar Luego, ponte el objetivo de bajar entre 0,5 kg a 1 kg por semana. Para hacerlo, deberás quemar entre 500 y 750 calorías más de las que consumes cada día. Puede ser útil establecer dos tipos de objetivos. El primero se llama objetivo de acción. Puedes hacer una lista de las acciones saludables que harás para bajar de peso. Un ejemplo de un objetivo de acción es "Caminar todos los días durante 30 minutos". El segundo tipo se llama objetivo de resultado. Puedes hacer una lista de un resultado saludable que quieres alcanzar. Un ejemplo de objetivo de resultado es "Perder 5 kilogramos”. Un objetivo de resultado es lo que quieres lograr, pero no indica cómo lo harás. En cambio, un objetivo de acción sí estable cómo lo lograrás. Establece objetivos de acción para que puedas realizar esos cambios saludables.

4. Disfruta los alimentos saludables Para bajar de peso, deberás reducir la cantidad total de calorías de los alimentos y bebidas que consumes. De todos modos, tus comidas aún pueden ser sabrosas y fáciles de preparar. Una forma de consumir menos calorías es incorporar más vegetales, hortalizas, granos o cereales integrales. Estos son alimentos de origen vegetal que tienen bajas calorías y mucha fibra. La fibra te da la sensación de que estás lleno. Puedes comer muchos tipos de alimentos de origen vegetal que te ayudarán a alcanzar tus objetivos. También sigue estos otros consejos para tu alimentación: • Come al menos cuatro porciones de verdura y dos porciones de fruta al día. Si te da hambre entre las comidas, come frutas o verduras como colación. • Come cereales integrales, como arroz integral, cebada y pasta y pan integrales. Come menos granos o cereales refinados, como el arroz y el pan blancos. • Utiliza grasas saludables, como aceite de oliva, aceites vegetales, aguacates, frutos secos, mantequilla de nuez y aceites de nuez. Pero ten en cuenta que las grasas saludables también tienen muchas calorías. • Evita los alimentos y las bebidas con azúcar agregada, por ejemplo, postres, mermeladas y gaseosas. El azúcar natural que contienen las frutas está bien. • Elige productos lácteos bajos en grasa o sin grasa. • Concéntrate en comer alimentos frescos, ya que son más nutritivos que los procesados, que generalmente vienen en caja o latas, y suelen tener más grasa, azúcar o sal.

Es una buena idea prestar atención al momento de comer. Concéntrate en cada bocado. Esto hace que disfrutes los sabores y que notes cuándo estás lleno. Intenta no mirar televisión ni la pantalla del teléfono durante las comidas. Es probable que comas mucho más sin que te des cuenta.

5. Ponte en actividad y mantente activo Puedes perder peso sin hacer actividad física, pero es más difícil lograrlo. La actividad física de manera regular te ayuda a quemar más calorías. Hacer actividad física tiene muchos beneficios. Puede mejorar tu estado de ánimo, disminuir la presión arterial y ayudarte a dormir mejor. También te ayuda a no recuperar el peso que bajaste. Los estudios muestran que las personas que mantienen su pérdida de peso a largo plazo hacen actividad física regularmente. La cantidad de calorías que quemes dependerá de la frecuencia, la duración y la intensidad de la actividad física que hagas. Una de las mejores maneras de perder grasa corporal es a través de una actividad física aeróbica constante, como una caminata rápida. Realiza por lo menos 30 minutos de actividad física aeróbica la mayoría de los días de la semana. Es posible que algunas personas necesiten hacer más tiempo de actividad física para bajar de peso y no recuperarlo. Además, trata de hacer ejercicios de fortalecimiento muscular por lo menos dos veces a la semana. Podrías levantar pesas, usar bandas para ejercitar o hacer flexiones de brazos. Cualquier movimiento adicional te ayuda a quemar calorías. Entonces, piensa en actividades que te mantengan más activo durante el día. Por ejemplo: • Usa las escaleras en lugar del ascensor. • Estaciona al fondo del estacionamiento cuando vayas a hacer las compras. • Ponte de pie en vez de estar sentado cuando hablas por teléfono o revisas el correo electrónico. • Da vueltas alrededor de la habitación o marcha en el lugar mientras miras televisión.

6. Cambia de actitud Comer alimentos saludables y hacer actividad física solo durante algunas semanas o meses no es suficiente. Para evitar subir de peso, debes hacer que estos cambios saludables se conviertan en una forma de vida. Los cambios en el estilo de vida comienzan cuando miras con sinceridad tus patrones de comida y tu rutina diaria. Piensa en malos hábitos u otros problemas que te impidieron bajar de peso en el pasado. Luego, planifica cómo vas a lidiar con ello de ahora en más.

Es probable que se presenten algunos obstáculos en el proceso de bajar de peso. Pero no te rindas frente a una dificultad. Simplemente, comienza de nuevo al día siguiente. Recuerda que planeas cambiar tu vida. No sucederá todo de una vez. Sigue con tu estilo de vida saludable. Te aseguro que los resultados valdrán la pena.

PASE LO QUE PASE ¿DEBES HONRAR A TUS PADRES?

Honrar a los padres es un mandato que atraviesa culturas e historias, ligado a la idea de que ellos representan sabiduría y merecen respeto. Cada uno de nosotros, según nuestra historia y creencias, le da un sentido propio a ese vínculo. Pero ¿la relación con nuestros padres puede convertirse en un obstáculo para nuestro crecimiento personal y bienestar emocional? Comprender en qué consiste realmente nos permite reconciliarnos con ellos y recuperar las riendas de nuestra vida. Honrar: entre el mandato cultural y la elección personal.

La palabra honrar se deriva del latín honorare u honoris y significa respetar, enaltecer o premiar el mérito de alguien. No obstante, su interpretación depende de nuestras creencias y las enseñanzas que nos han inculcado. En la religión, honrar a los padres suele implicar respeto, obediencia, admiración y retribución. Una interpretación rígida puede terminar condicionándonos, alejándonos de la posibilidad de crecer emocionalmente y vivir desde nuestras propias decisiones. Nuestra primera mirada sobre el mundo y sobre nosotros mismos se forma en el núcleo familiar, influida por las ideas y formas de vida de nuestros padres y entorno cercano. En los primeros años de vida necesitamos cuidados para sobrevivir, y es en esa etapa donde se forman los primeros vínculos de apego con nuestros padres o cuidadores.

A medida que vamos creciendo integramos estas figuras como nuestros modelos de referencia. Asumimos como nuestras la ideología, valores, costumbres y creencias de la familia. Al hacernos adultos, la necesidad de cuidado se transforma en necesidad de aceptación y pertenencia. De esta forma, a través de nuestras creencias nos mantenemos leales a nuestro sistema.

«No somos lo que deseamos ser. Somos lo que la sociedad exige. Somos lo que nuestros padres eligieron. No queremos decepcionar a nadie, sentimos una gran necesidad de ser amados. Por eso reprimimos lo mejor de nosotros mismos. Poco a poco, lo que era la luz de nuestros sueños se convierte en el monstruo de nuestras pesadillas. Son los deseos no realizados, las posibilidades no vividas.» -Paulo Coelho

Sentimiento de deuda hacia los padres En cada sistema familiar existe un “contrato invisible” que pretende unir a la familia bajo reglas implícitas que sus miembros asumen. Desarrollamos un sentimiento de fidelidad y compromiso que nos mantiene vinculados a la información de nuestro sistema. Así, consciente o inconscientemente, se nos ha transmitido una idea de deuda, compromiso o lealtad inquebrantable hacia ellos. Si prima este sentimiento inconsciente, no podremos realizarnos plenamente en lo individual. Al priorizar la lealtad a los nuestros, es posible que vayamos dejando de lado las propias necesidades. Por otra parte, en la otra polaridad, es posible que tomemos decisiones diferentes a las del clan y tracemos un camino propio en la vida, pero que viene con un sentimiento de culpa. Este se sustenta en la creencia de que, al hacerlo, rompemos el mandato “Honra a tu padre y a tu madre”.

Del juicio a la comprensión: mirar a los padres con otros ojos Las figuras de papá y mamá son fundamentales en nuestra vida. Son los encargados de brindarnos protección, afecto, estructura, guía y apoyo a lo largo de nuestro desarrollo.

Sin embargo, no son perfectos y lo más habitual es que no se ajusten a nuestras expectativas. Ellos nos educaron según sus propias creencias y experiencias, marcadas por el ambiente familiar de su infancia. Por eso, muchos padres no expresaron el amor como esperábamos: pueden haber sido autoritarios, ausentes, sobreprotectores o incluso abusivos. Ser adultos emocionales implica dejar de juzgarlos y asumir la responsabilidad de nuestra vida. Permitamos que el juicio se convierta en comprensión. Si no nos liberamos emocionalmente, el resentimiento puede generar un choque interno con el mandato de que tenemos que honrarlos para ser “buenos hijos”.

«La compasión por nuestros padres es el verdadero signo de la madurez.» -Anaïs Nin

Hijos “buenos” o maduros emocionales Algunas personas, cuando llegan a la edad adulta, siguen pensando que ser un “buen hijo/a” es ser lo que los padres esperan para no disgustarlos. Sin embargo, esforzarnos por encajar nos puede impedir evolucionar hacia la vida que realmente desearíamos. Por tanto, el verdadero significado de ser buenos hijos y honrar a los padres es tomar las riendas de nuestros deseos más profundos. Dejar de cargar sobre sus hombros la responsabilidad de nuestro bienestar. ¿Usamos a nuestros padres como excusa? Esperar que nuestros padres nos quieran como desearíamos es infantil e idealista. Estamos negando el amor genuino que sí nos dieron, aunque a su modo.

Cuando de adultos los seguimos culpando por sus inseguridades, carencias y frustraciones, los estamos utilizando de excusa para no responsabilizarnos de nuestra propia vida. Nuestra inmadurez emocional es mayor que los defectos que les adjudicamos. De hijos a adultos: el paso que nos libera La madurez no se alcanza con los años, sino cuando nos liberamos emocionalmente de nuestros padres. Este proceso implica aceptarlos y comprenderlos. Dejar de esperar que cambien, que nos acepten, nos apoyen o nos quieran. Y hacerlo por nosotros mismos, no por ellos.

Si cuestionamos la manera en que hemos interpretado nuestra historia y comprendemos de dónde venimos, podemos aceptar, valorar y agradecer todo lo que nos han dado. Al comprender y perdonar los errores de nuestros padres nos liberamos. Sentirnos agradecidos es un indicador de que hemos alcanzado la madurez emocional. La gratitud hacia papá y mamá es la mayor honra que podemos expresarles.

«Hay una fecha de caducidad para culpar a tus padres por conducirte en dirección equivocada; en el momento que tienes edad suficiente para tomar el timón, la responsabilidad es tuya.» -JK Rowling

La proyección en los padres: del juicio a la gratitud Estar en guerra con nuestros padres nos impide estar en paz con nosotros mismos. Nuestro mayor recurso está en aquello que juzgamos en los demás. Cuando culpamos a nuestros padres, no solo los juzgamos a ellos: también rechazamos partes de nosotros mismos que no queremos ver. Aquello que señalamos en ellos, ya sea positivo o negativo, puede ser un reflejo de lo que también habita en nosotros. Reconocer esas proyecciones es una forma de descubrir recursos propios. Al integrar lo que vemos en ellos, pasamos del juicio a la gratitud y damos un paso hacia una versión más libre y completa de quienes somos. Así, estamos honrando lo que han sido, lo que nos han ofrecido y, especialmente, la vida que nos han dado.

El cambio personal afecta el equilibrio del sistema familiar. Así también, en la familia cada integrante cumple con una función que ayuda al equilibrio del sistema. Por tanto, el cambio que ocurre en uno de los miembros de la familia influye en los demás. Cuando uno trasciende su rol y se permite experimentar otras posibilidades, el sistema puede desestabilizarse y tratar de encontrar un punto de equilibrio nuevo. Este reajuste, lejos de ser perjudicial, sacude estructuras obsoletas y facilita el cambio en los otros integrantes del clan para llegar a un nuevo equilibrio.

De la culpa a la responsabilidad: el camino de la conciencia. Dejar de culpar a papá y mamá de lo que no nos gusta de nuestra propia vida nos saca la gran excusa para no cambiar. Echar la vista atrás, con una mirada compasiva, nos permite tomar conciencia y recibir los aprendizajes que nos ofrecieron. Aceptar estos regalos nos permite construirnos como adultos desde la responsabilidad y el agradecimiento. Por tanto, honrar a tu padre y a tu madre no es obedecerlos ciegamente, sino experimentar la libertad que ellos no tuvieron o no se permitieron. Amar y aceptar tu historia es una forma de amarte y aceptarte a ti mismo/a para ir hacia adelante.

JUGOS VERDES, ¿MODA O SALUD?

PIEL BONITA, CERO ESTREÑIMIENTO Y CORAZÒN SANO ¿TOMANDO JUGOS VERDES?

Sí, esto es posible, ya que los jugos de vegetales no son solo una moda; son una fuente de vitaminas y minerales potentes para tu cuerpo.

Incluirlos en tu dieta puede mejorar tu metabolismo, especialmente si tienes movimiento intestinal lento, dificultad para adelgazar, desintoxicación del cuerpo deficiente y mucho más Los jugos de vegetales son una excelente fuente de potasio, magnesio y minerales esenciales.

El magnesio ayuda a relajar el metabolismo, mientras que el potasio ayuda a eliminar el exceso de sodio, promoviendo un equilibrio saludable y ayudando a eliminar toxinas del cuerpo.

Vitaminas y Minerales: Los jugos verdes están llenos de vitaminas y minerales altamente absorbibles, proporcionando beneficios inmediatos y tangibles para el metabolismo. Estos nutrientes son fundamentales para activar las funciones celulares, mejorar la energía diaria y facilitar la pérdida de peso de forma natural.

Control de Glucosa y Cortisol: Los jugos de vegetales, especialmente los verdes, son bajos en fructosa, lo que ayuda a mantener estables los niveles de glucosa en la sangre. Además de que estos jugos activan tu lado pasivo, que es el que se encarga de tranquilizar al cuerpo manteniendo al margen el cortisol. Este control es esencial para prevenir picos de insulina, la acumulación de grasa y otros problemas del metabolismo.

Principales beneficios:

Desintoxicación y energía: Ayudan a eliminar toxinas del hígado e intestinos, lo que puede revitalizar el cuerpo y proporcionar energía.

Fortalecimiento del sistema inmunológico: Son una fuente rica de vitaminas (A, C, K) y minerales (magnesio, zinc, hierro, calcio) que fortalecen las defensas del organismo. La clorofila también contribuye a esta función.

Mejora de la salud de la piel: La vitamina A ayuda a la producción de colágeno, favoreciendo la cicatrización de heridas y reduciendo el acné. La hidratación y los antioxidantes también promueven una piel más radiante.

Promoción de la salud digestiva: La fibra de las frutas y verduras mejora la microbiota intestinal y el tránsito intestinal. Para maximizar la fibra, es mejor licuar en lugar de exprimir, o consumir las frutas y verduras enteras.

Control de peso: Son bajos en calorías y ricos en fibra, lo que puede ayudar a sentirse satisfecho y a controlar el apetito, facilitando la pérdida de peso, sobre todo si se combinan con ejercicio y una dieta balanceada.

Salud cardiovascular: Pueden ayudar a controlar el colesterol, la presión arterial y el azúcar en sangre.

Alcalinización del cuerpo: Ayudan a regular el pH de la sangre, lo que mejora la salud en general y disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Reducción de la inflamación: La composición nutricional de los jugos verdes, especialmente los antioxidantes, puede ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo.

Reducir el riesgo de cáncer: Los jugos verdes pueden ayudar a disminuir el riesgo de cáncer gracias a su contenido de clorofila, flavonoides, carotenoides y polifenoles, que son compuestos bioactivos con acción antioxidante.

Algunos de los vegetales que puedes usar para estos maravillosos jugos son: Espinacas, perejil, lechuga, acelgas, apio, nopal, hojas de kale, pepino, jengibre y algunas frutas como limón, kiwi, manzana verde y piña.

Ahora que conoces todos sus beneficios ¿te animas a probarlo?