En los últimos días se está hablando mucho de una enfermedad que no es nueva, pero de la que no se había oídohablar tanto, especialmente porque era endémica en unos pocos países del continente africano y ahora ha aparecido un brote en varios puntos del planeta. Se trata de la viruela del mono.
El Ministerio de Sanidad y las comunidades han activado la alerta sanitaria por esta enfermedad que es poco frecuente,de momento se han detectado casos en Reino Unido y en Portugal,unque el riesgo para el público general es bajo, conviene saber cómo es para poder hacerle frente.
Es una enfermedad causada por un virus,desde el ministerio de Sanidad se ha confirmado que en España hay 23 casos muy sospechosos de la conocida como viruela del mono o monkeypox, casos que se están estudiando para confirmar o no que corresponde a este tipo de viruela.
El reconocido profesor de Patología Animal de la Universidad de Zaragoza, Ignacio de Blas, explica que los trasmisores de la enfermedades son pequeños roedores o mamíferos. Y de persona a persona se puede trasmitir a través de secreciones o pequeñas gotas de saliva.
Existen cuatro casos confirmados, sin que haya habido un viaje previo a zonas de riesgo. En principio es una enfermedad endémica en África central y occidental que se transmitía de los monos a otros animales o a humanos, pero en el caso de las personas, la transmisión es muy baja.
La viruela ha sido erradicada, de hecho, las vacunas en España para esta enfermedad se suspendieron en 1980 porque se dio por erradicada. Aún así, se contempla la vacuna de la viruela como uno de los tratamientos para que los efectos de la enfermedad no sean tan graves. En el 85% de los casos puede evitar los síntomas graves.
Los síntomas son: fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolor de espalda, escalofríos y agotamiento. Y en una segunda fase puede que haya inflamación de ganglios linfáticos y erupciones que comienzan en la cara y se extiende a otras partes del cuerpo, sobre todo en las manos y en los pies.
En la mayoría de los casos, los síntomas de la viruela desaparecen por sí solos en unas pocas semanas, pero en algunas personas pueden provocar complicaciones médicas e incluso la muerte. Los recién nacidos, los niños y las personas con inmunodeficiencias pueden correr el riesgo de sufrir síntomas más graves y morir por la enfermedad.